Aprovechando que estamos en un fin de semana de pretemporada y la actualidad futbolística se reduce bastante, he echado una mirada al pasado y voy a comentar sobre un elemento que ya es historia en el fútbol, me refiero al marcador simultáneo.
Actualmente, las personas ávidas de una información casi instantánea, sólo tienen que abonarse a un servicio de noticias y cuando ocurre un evento reciben un mensaje en su móvíl, escuchan la radio, ven la televisión o se conectan a internet. Uno de estos grupos de personas son los aficionados al fútbol que van a los estadios. A comienzos de los años 1950, esa necesidad existía, pero los asistentes a un partido sólo se enteraban de los resultados del resto de la jornada cuando llegaban a casa y la radio los ofrecía, y aún pasarían varios años hasta que se popularizasen los transistores. En algunas ciudades ya se ofrecían los resultados de la Liga en las principales salas de cine e imprimían unas hojas en tiempo récord, que se vendían los domingos por la tarde.
Es en 1951, cuando la agencia catalana de publicidad "Dardo" puso en marcha una idea importada de Argentina, que consistía en un enorme panel instalado en los campos de fútbol, donde se informaba de los resultados y mediante unas letras clave, que aparecían en los periódicos locales, se asociaba cada resultado a un partido. En el Sánchez Pizjuán también se convirtió en algo habitual la hoja gratuita que repartía "Gráficas Tirvia", en donde a modo de programa aparecía toda la información del partido, así como las claves del marcador simultáneo.
En la temporada 1951-52, se instalaron en los principales campos, pero el impulso definitivo llegó en la temporada 1955-56, cuando se sustituyeron las letras por anuncios fijos durante toda la temporada.
En cuanto a la operativa, desde una sede central en Madrid se encargaban de recoger las novedades y distribuirlas mediante línea telefónica interna a las cabinas que disponían los marcadores de los distintos estadios, en donde los encargados procedían a colocar los resultados e incidencias en los propios casilleros. Al ser todo manual, ello obligaba a disponer de un amplio dispositivo de números y signos para atender a los diferentes resultados e incidencias que se fueran produciendo. Asimismo, junto al resultado también aparecían una serie de signos convencionales, los cuales igualmente se publicaban en la prensa junto a las claves. Dichos signos eran los siguientes:
Flecha amarilla: Primer Tiempo
Flecha verde: Descanso
Flecha roja: Segundo Tiempo
Flecha negra: Partido Finalizado
Flecha blanca: Partido Suspendido
Rayas blancas y negras: Avería Telefónica
Del mismo modo también existían otros signos, que se ponían durante unos instantes, y según sobre el casillero del equipo que se colocaban, significaban:
Disco rojo: Penalti en contra
Cuadro negro: Jugador expulsado
El marcador simultáneo "Dardo", tuvo su época dorada durante 20 años, hasta que los marcadores electrónicos tomaron el relevo.
En el caso del Sevilla FC más o menos duró hasta pasado el Mundial de 1982, fecha en que se hizo cargo del mismo la agencia sevillana de publicidad "Alas" que lo mantuvo con anuncios locales hasta finales de la década de los 80, aunque ya en 1985 con la instalación en Gol Sur del primer marcador electrónico gestionado por ordenador, por parte de la empresa Vior, el simultáneo fue perdiendo protagonismo hasta su desaparición, ya que éste asumió también las funciones de simultáneo, y mediante un sistema de "ding-dong" conectado a la megafonía del estadio, avisaba a los aficionados para que miraran en pantalla las variaciones que se iban produciendo en otros campos. En cuanto a la ubicación en el Ramón Sánchez Pizjuan, siempre estuvo en la zona de "Gol Norte", primero tras la tribuna baja, y después del cerramiento del estadio en 1975, pasó a la tribuna alta, el mismo sitio que actualmente ocupa el videomarcador de dicha zona.
Aunque las firmas comerciales que se anunciaban en el marcador simultáneo "Dardo" fueron muy numerosas, algunas se hicieron más populares entre los aficionados, pues mantuvieron su relación contractual durante varios años.